Incorporamos un nuevo texto a la sección de nuestro compañero, Rafael Lema. Un poema que tiene mucho que ver con nuestra historia reciente. Pertenece al poemario "Sete Vagas". En los próximos días llenaremos su espacio con más poemas, reflexiones, artículos, etc…
FUEL ( Un poema de Sete Vagas)
Pasada la nochebuena
Miraba el mar desde el alto da Vela
Esperando a que las tinieblas a las nueve de la noche
Descubrieran en las heridas olas los cabellos de ébano de Mesalina
Entrando en la lobera con sus hermosos pechos
Sostenidos en una red de corcho y tanza
Ebria de satirión.
Aguardando a que el día desvelase su basura o el balanceo de siempre
Esa cadencia de pentagramas y rocío
El azafrán perfumado a los pies de las imágenes de los dioses y los esteros.
Agua con nieve fundida filtrada de nuevo sumergida
Entre la nieve
Echaban los caros y preciados esclavos de Alejandría
Sobre los hombres.
Hoy Ganímedes sin sueño
Esparce su cuenco de copero divino
Sobre los cormoranes y los frailecillos tristes
Carcomidos por la peste de las mareas.
Las niñas atropellan orquídeas y rosadas hortensias
Con el silbido de las máquinas de los trenes de las telas de araña de los desvanes.
Y con el hierro de las vías crean rosas
Arrojadas en el día
Que las algas desoladas convirtieron en hojas caídas del mar.
Hojas que besan esta arena estos dedos
Hojas secas de las almas vendidas aventadas
Consumidas almas sin sueño sin fiebre y sin dolor.
En el horizonte marino las gavotas con picos de sangre de naranja
Desgranan la espiga de un sol doliente
Y partidas vienen en cadencia de granos
Paso de fuentes calmas libres de ligazón.
Las cenizas del mar caen a tierra
Y una proa embiste líquida de algas
El pecho del crepúsculo con redes de trasmallo.
Un sol de albas
Descansado del fuego de las hogueras.
Baje por los senderos que van hasta las calas hacia la Punta do Corno
Y la maldición de un esclavo sin el tendón de las corvas
Sembrado de blancos monos voluntarios
De botas militares.
Las calas donde el fuel quemó los cantos rodados las carrascas
Y la cara lavada eternamente por la espuma
De los cantos que miran a la tumba de Osiris
El retorno de las urcas de sal de Bretaña el vino de Sevilla.
Fueron pasando los días y cediendo las hojas de sus calendarios
Como en las batallas de las sagas de los hijos de Odín
Hasta el aullido de la Raposa da Mordaza que muerde como el olvido.
Días que se enredan con noches de vela y calma
Mareas vivas y poemas de Safo en los salgueros.
Cientos de pájaros con sus cristales hendidos
Por la campana dorada que en las tardes de claros
Llama por las almas de los guerreros que caen
En una muerte sin la mírtea corona del poeta.
Magnolias de betún y tulipas de broma
En un imposible eco sin palabras.
En las inválidas flores con plumas de fango entere los dedos
En el ardor de los caballos lisiados
De los piratas malandros de los aviones de lata
Podemos imaginar soñar de nuevo
En la niñez con trenes y nieve
Que nunca nosotros tuvimos en Fisterra
Y esconder esa palabra
Fuel