Alejandro Finisterre, el gran amor de Frida Kahlo

0
5881

 

  • Cristóbal Mourín

En la primavera del primer año de la pandemia recibimos en la redacción de la web Adiante Galicia una serie de correos con información sobre la etapa mexicana de Alejandro Finisterre, un personaje muy querido por nosotros y al que hemos dedicado extensos reportajes. Alejando Campos Ramírez (Alejandro Finisterre) fue un empresario, inventor, editor, poeta, nacido en Fisterra-A Coruña en el mes de mayo de 1919 y exiliado en América desde 1948.

Una amplia investigación de Rafael Lema

Popularmente conocido por ser el creador del futbolín, su biografía abarca varias vidas, y siempre fue nuestro afán desvelarlas. Todo este valioso material llegado de México fue revisado por el encargado de la sección de Cultura e Historia del citado diario digital, Rafael Lema, que desde noviembre de 2020 fue sacando a la luz varios artículos sobre las más llamativas novedades de ese amplio dossier, con gran repercusión en el mundo cultural hispano y la prensa nacional.

La documentación recibida, en posesión de un anónimo mexicano, no sólo mostraba un conjunto de enorme interés para seguir indagando y revalorizando la figura de Alejandro Finisterre sino que también nos aportaba mucha información de otras personalidades relevantes en su vida. Todas ellas destacadas representantes de su siglo. Sabíamos del intenso vínculo de Finisterre con el zamorano León Felipe o el vasco Juan Larrea. Ahora, la lectura de todo este nuevo acervo inédito, oculto durante décadas, nos traía a colación a otros grandes de la Cultura que mantuvieron la llama del trato y la amistad con el gallego; como Frida Kahlo, Pablo Picasso, José Bartolí.

Picasso retrata a Finisterre

La amistad con el pintor malagueño dejó al descubierto un retrato desconocido de Finisterre (portada) realizado por el propio Picasso en 1958. Además de un cuaderno con dibujos originales y otros objetos del artista que corroboran este íntimo lazo. En cuanto al citado retrato, Picasso dibuja al amigo y camarada de lucha política de cuerpo entero, pero en una yuxtaposición surrealista con su amada Frida. No puede haber mejor padrino artístico de la memoria de este intenso romance, porque Picasso no pintó un personaje, ni dos personalidades en un cuerpo, sino una historia de amor.

Una sección importante de este legado nos hablaba de esa relación amorosa desconocida entre la pintora mexicana Frida Kahlo y Alejandro Finisterre. Conforman un amplio conjunto de objetos personales, artísticos, cuadernos y cartas, enviados por Frida a Alejandro en la primavera de 1954, y demuestran que fue el editor gallego el último y el principal amante de su vida. Sólo detrás, evidentemente, de Diego Rivera y su convulsa relación hasta las puertas de la muerte.

Y lo afirmamos rotundamente a la luz de esta indagación de Rafael Lema y con la misma Frida como fuente autógrafa. Son el descubrimiento de un gran amor secreto que va desde agosto de 1948 hasta la primera mitad de 1954. Contamos con un amplio aparato documental inédito, salido de los propios protagonistas, con su caligrafía, sin especulaciones ni interpretaciones, un trabajo apoyado en el rigor y el estudio del numeroso material que tiene en sus manos.

Frida comunicaba a su último gran amor en una carta el envío en la primavera de 1954 de una serie de cosas muy personales, sólo para él; a modo de un regalo testamentario. Entre el material localizado, hay una arca de madera pintada en el exterior e interior, con hojas sueltas, dibujos, una docena de cartas, correspondencia epistolar que abarca desde abril de 1953 hasta la primavera de 1954.

Pasión española de Frida Kahlo

Un cuaderno ilustrado dedicado a A.F.; un poemario iluminado para él y para su gran amor español, José Bartolí. Un libro de recetas de cocina recogidas por la propia pintora, una lista de sus grandes amores. En general, esta obra aporta nuevas creaciones artísticas ocultas de Frida y curiosas novedades para iluminar los últimos años de «la venadita» herida de Coyoacán. Aquí realzo la calidad poética y la belleza plástica de muchos de los textos de la propia autora, en especial el intenso y vitalista poemario «Mi voz sometida y mi cuerpo mutilado» con que remata este libro.

Este trabajo que vamos desmenuzando parte del análisis de todo este legado, con dos objetivos básicos por parte del autor. Poner en valor a Finisterre como hombre y creador en las dos orillas; invitarnos a adentrarnos en la intensa pasión de Frida por su «otro Alex» y sus otros dos «chulitos» (los catalanes José Bartolí y Ricardo Arias). Tres hombres que, con sus propias palabras, ella coloca en lo más alto del escalafón de su corazón. Son la pasión española de Frida Kahlo.