En la parroquia de Cereixo en el ayuntamiento de Vimianzo.
Sobre la base del cruceiro de Cures apareció un gallo negro sin vísceras sobre un lienzo blanco en donde está grabado el pentagrama o sello de Salomón, uno de los símbolos clásicos de la magia, rodeado por grafías de los cuatro elementos de la naturaleza y una esquela con una frase en latín en donde se indicaba «condenan tu alma eternamente a los infiernos».
Podríamos estar ante un ritual afrocaribeño. No había restos de vino, agua, tabaco como son usuales en otras ceremonias que cuando se asocian con un gallo se destinan a los «amarres de amor», en busca de asentar una relación o darle término y que suelen llevarse a cabo por sacerdotes o iniciados.
En este caso según un experto en rituales se trata de una mezcla de dos tipos de magia, una de procedencia colombiana o de la santería caribeña en búsqueda de provocar daño a una persona en concreto, combinada con una escenificación de una práctica extendida en Norteamérica por grupos de iniciados al ocultismo como la Wicca.