Empezamos o seguimento ó Fiot 2008.

Dicen que en la variedad está el gusto y, más por imposición de la oferta que por querencia, de la variedad hace categoría la programación del FIOT 2008.

Abandonar los temáticos hilos argumentales, lejos de convertir a los organizadores en apóstatas, permitirá ver con más claridad por qué tipo de teatro se inclina el espectador y con qué traje lucirá mejor el festival en la puesta de largo de su mayoría de edad en 2009.Ya tendremos tiempo de separar las luces de las sombras cuando se cierre el telón, pero en una primera mirada podemos descubrir que el nivel de riesgo asumido es mínimo. La mayoría de las compañías que nos visitarán son conocidas del público carballés y tienen una calidad contrastada, currículum extenso y prestigio reconocido.

Su primer acierto es ofrecernos, para abrir boca a modo de entremeses, la concurrida Rúa dos contos, cada año más completa y más mimada. El verbenero y nocturno ruar por algunos locales emblemáticos de Carballo devuelve al teatro su carácter popular y festivo.Y si Don Juan de Mañara, licencioso caballero inspirador del Tenorio, dispuso ser enterrado donde su lápida pudiese ser pisoteada por el vulgo para expiar sus culpas, el FIOT expía las suyas al traernos, ¡por fin!, un Don Juan en época de difuntos.

Las culpas del FIOT y de los cómicos emprendedores encarnados en Ártabro Teatro, y como consecuencia temporal en Telón y aparte, fueron y son el veneno necesario, por sus intenciones formativas e ilustrativas, para abonar el culto a la interpretación teatral en un pueblo como Carballo y hacer de ello bandera y honra.

Impagable contrapeso de nuestra tradicional imagen de carteristas y maleantes. Fama, no contrastada por ningún estudio científico, que podría convertirse en un interesante tema para un musical de éxito al estilo de "Los miserables". Ya lo decía el tan socorrido filósofo griego o musulmán de las citas: "ya que virtudes no tienes, no pretendas esconder tus defectos"

Muchos son los iniciados en el arte del engaño que nos visitarán en este travestido otoño, unos de carne y hueso y otros muchos imaginarios, vivos y muertos, felones y caballeros, damas y busconas, graciosos y lacerantes, músicos y alpinistas, pintamonas y electricistas, chapuzas y catedráticos, payasos y banqueros, almas cándidas y cocineros malabaristas. Todos ellos expuestos al escarnio, la burla, la admiración, el pataleo, o el aplauso agradecido de los que amamos el más completo y democrático de los espectáculos, el teatro.

Variados son los temas, buenos profesionales los intérpretes y afamados los autores de una programación conformada para agradar. Cebolla, sal y pimienta al gusto del espectador más exigente.

A priori, mis felicitaciones. Del resultado, ya veremos. Sigan leyendo…